El ministro de Economía, Martín Guzmán, juega simultáneas. Mientras envía una misión técnica de funcionarios de su ministerio y del Banco Central para avanzar en las negociaciones técnicas con el Fondo Monetario, internamente trabaja en el diseño de políticas y acuerdos de precios para 2022.
Con ese objetivo, esta mañana recibió en el Palacio de Hacienda al ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, y al secretario de Comercio, Roberto Feletti. En la reunión, de la que también participó el secretario de Política Económica, Fernando Morra, un miembros de máxima confianza de su equipo y de hecho uno de los que participará en la misión a Washington, los funcionarios trabajaron en el diseño de políticas de acuerdos de precios para el año 2022.
Cabe recordar que el congelamiento de precios de un listado de 1.432 productos alimenticios, de limpieza y de higiene personal que instrumentó Feletti vence el 7 de enero próximo.
Fuentes de la cartera económica señalaron que tanto Guzmán como Kulfas están fuertemente involucrados y trabajando en el diseño de políticas de acuerdos de precios para 2022 y que coinciden con Feletti, un funcionario de rango jerárquicamente inferior, pero con el peso político que le da su identificación con el kirchnerismo, en que es importante fortalecer los acuerdos de precios en 2022 a fin de atacar el “componente inercial” del proceso inflacionario, de modo que sirvan como un ancla más en el proceso gradual de reducción de la inflación.
Interna devoradora
La reunión de esta mañana y el señalamiento de que tanto Guzmán como Kulfas trabajan y avalan la búsqueda de acuerdos de precios sirve también para despejar interpretaciones de que la salida de la exsubsecretaria de Feletti, Débora Giorgi, sea el inicio de una escalada de enfrentamientos internos, justo cuando el Gobierno, y en particular Guzmán, busca acelerar en la entrada a la recta final para alcanzar un “Acuerdo de Facilidades Extendidas” con el FMI, que le permita refinanciar, con un plazo de gracia de cuatro años y medio, los USD 43.200 millones que la Argentina aún le debe al Fondo del crédito firmado en 2018, durante el gobierno de Mauricio Macri.
Además, se busca obturar la posibilidad de que la salida de Giorgi le quite impulso a la tarea de Feletti, que tiene un amplio frente de negociaciones de precios: desde los productos de góndola, en venta en supermercados pero también en comercios “de cercanía”, hasta productos frescos como la carne, la leche y los huevos.
Ayer, en una entrevista con la agencia Reuters, la directora del Fondo, la búlgara Kristalina Georgieva, aplacó las expectativas de un acuerdo inminente al señalar que “queda mucho trabajo por hacer” hasta alcanzar un acuerdo de refinanciación y un programa macroeconómico para los próximos años, que internamente se correspondería con el “plan plurianual” de metas que el presidente Alberto Fernández anunció –en la noche del 14 de noviembre, la jornada de las elecciones legislativas- que enviará al Congreso al principio de diciembre.
Tanto Guzmán como Kulfas coincidieron en que los acuerdos de precios con las empresas son un necesario complemento de un esquema de política macroeconómica para abatir la inflación. Además, desde el entorno de Guzmán subrayaron que, lejos de tratarse de una práctica reñida con las recomendaciones del Fondo, los acuerdos de precios “están incluidos en las discusiones que tienen lugar con el staff del FMI en las negociaciones por un programa que permita refinanciar las deudas del programa fallido de 2018″.
Lejos de la idea de un programa de shock, el equipo económico aspira a que el año próximo se caracterice por un proceso “continuo y articulado” entre el gobierno y el sector privado para alcanzar acuerdos de precios “efectivos y sostenibles”.
En el contexto macroeconómico actual, subrayan, alcanzar la estabilidad de precios es una tarea colectiva con beneficios sociales difundidos para la situación de los consumidores y de los empresarios.