Con la actividad agropecuaria, el transporte y las economías regionales golpeadas por el faltante de gasoil, un informe del Instituto Argentino de Energía General Mosconi (IAE Mosconi) trazó un panorama energético desolador y describió la secuencia de improvisaciones que llevó a la actual crisis de abastecimiento.
El faltante no se debe a la falta de recursos fiscales sino más bien a lo contrario, su dispendio. Al respecto, el presidente del IAE, Jorge Lapeña, expresidente de YPF y secretario de Energía durante el gobierno de Raúl Alfonsín, precisó, en base a los datos hasta abril, que el aumento de los subsidios energéticos del primer cuatrimestre “excede largamente la inflación proyectada anual”. Estos subsidios, subrayó Lapeña, “se focalizan en su mayor parte en la Generación de Energía Eléctrica y se canalizan a través de Cammesa con una alarmante tasa de incremento del 243% anual”.
Tanto dinero no sirvió, aparentemente, para solucionar un problema recurrente, que se este año se agravó a niveles inéditos: la escasez de gasoil. “Los datos más relevantes del informe son el faltante crónico y de larga duración del gasoil en casi todo el Territorio nacional”, escribió Lapeña. Ese faltante, dijo, “debe imputarse a una producción doméstica de gasoil insuficiente del Parque de Refinerías para abastecer la demanda interna”. Y estimó el déficit de oferta en la producción nacional de gasoil en “alrededor de un 10% de la demanda interna”.
La cosecha de soja y maíz afectada por la crisis del gasoil.
Y así como faltó y falta gasoil, también faltó previsión. O sobró imprevisión. El déficit, dijo Lapeña, “no fue cubierto por importaciones de gasoil oportunas para abastecer el mercado lo cual pone de manifiesto una falla en la programación de abastecimiento de la demanda por parte de los productores y una incapacidad de la Secretaria de Energía para implementar soluciones conducentes a solucionar el problema”.
En otras palabras, las agencias responsables de la política energética del gobierno nacional dispusieron de los recursos para que no falte gasoil. El informe señala que en abril las ventas de naftas y gasoil aumentaron 19,9% y 20,6% interanual y que durante los últimos doce meses, las ventas de Gasoil fueron 16,2% mayores respecto a igual periodo anterior y las ventas de nafta 28,2% superiores.
Pero la producción, de la que YPF fue insuficiente y las empresas privadas no tuvieron incentivos, dado el esquema de precios. “La producción de gasoil y naftas, en el mismo periodo, aumentó por debajo de la demanda: 7,4% y 18.4% respectivamente”, dice el informe.
Crisis del gasoil
Demanda en niveles máximos históricos, baja respuesta de la producción local, menor procesamiento de petróleo, menor obtención de combustibles e importación insuficiente de gasoil se conjugaron así para llegar al actual cuadro de faltante de gasoil en cuatro de cada cinco provincias. Una tormenta perfecta, producida no por la naturaleza sino por decisiones (u omisiones) de la política energética del Gobierno nacional.
Y como se dijo, no fue por falta de dinero. Al respecto, el “informe de tendencias energéticas” del IAE Mosconi precisa que, según la Asociación Argentina de Presupuesto Público, los subsidios energéticos acumulados a abril fueron de $ 419.906 millones, un aumento del 174% respecto de igual período de 2021.
La Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrica SA (Cammesa, un ente mixto que compra energía a las generadoras y lo vende, subsidiado, a las distribuidoras, lideró las transferencias con $ 355.997 millones, 85% de los subsidios totales y 243% más que en el primer cuatrimestre 2021. En suma, sobraron dinero e improvisación para producir una tormenta perfecta de faltante de gasoil que, según alertaron diversas entidades, pone al campo en una encrucijada y a varias economías regionales al borde de la quiebra.