El contexto de mayor dureza de los controles cambiarios ayudó al Banco Central a acelerar la compra de divisas en el mercado y desandar, a horas de que cierre el segundo trimestre, un camino más rápido de acumulación de reservas para poder cumplir con el acuerdo -ya recalibrado- con el Fondo Monetario Internacional.
Luego de haber atravesado junio con números en rojo en el balance de compras y ventas de dólares en la plaza financiera local, que llegó hasta los USD 600 millones, en los últimos tres días, luego de anunciar trabas más estrictas para el pago al contado de importaciones, el BCRA aprovechó para adquirir unos USD 1.000 millones en solo tres ruedas de negociación. Este miércoles alcanzó la cifra récord en cinco años para la autoridad monetaria cuando recolectó USD 583 millones.
La explicación sobre por qué el Gobierno aceleró en estos últimos tres días la compra de divisas para ensanchar el colchón de reservas del Banco Central está relacionada a un deadline que pende sobre el equipo económico: este jueves terminará el segundo trimestre y el Poder Ejecutivo buscará mostrar que cumplió nuevamente las metas trimestrales acordadas con el Fondo Monetario, una semana después de que el directorio diera luz verde a la evaluación del primer trimestre.
En los últimos tres días, luego de anunciar trabas más estrictas para el pago al contado de importaciones, el BCRA aprovechó para adquirir unos USD 1.000 millones en solo tres ruedas de negociación
La meta de acumulación de reservas, que aparecía como la más difícil de alcanzar, fue una de las que experimentó una recalibración. La hoja de ruta elaborada originalmente preveía un acopio de divisas en la autoridad monetaria de USD 4.100 millones hacia el fin del segundo trimestre. Con la revisión y recalibración que habilitó el FMI ese objetivo intermedio pasó a ser de USD 3.450 millones, lo que implicaría USD 650 millones de margen mayor.
Para este jueves, en ese sentido, el Banco Central entonces debería haber recolectado USD 3.450 millones. Según datos del Fondo Monetario Internacional, hasta finales de mayo el acopio de divisas alcanzó los USD 1.900 millones. De esa forma, el último mes del trimestre implicaba, necesariamente, una sumatoria de otros USD 1.500 millones.
Ahora bien, ¿cómo podría haber hecho el BCRA para, a lo largo de junio, alcanzar esa cifra? En algunos despachos oficiales ofrecen alguna respuesta. El balance entre lo que vendió y lo que compró en el mercado en estas cuatro semanas es positivo en unos USD 400 millones. Por la vía de la compra de divisas, entonces, esa cifra se reduciría entonces a USD 1.100 millones.
Hay otro canal con el que cuentan en el Poder Ejecutivo para contar con más divisas: el de los ingresos netos de financiamiento por parte de organismos internacionales y bancos de desarrollo. El acuerdo con el FMI incluye, como parte central del esquema de financiamiento al Gobierno argentino, una porción de apoyo por parte de instituciones de ese tipo. De todas formas, en despachos oficiales aseguran que existe actualmente una demora de un grupo de organismos internacionales para concretar préstamos al país.
Según aseguran en despachos oficiales, distintas trabas burocráticas que impidieron que se cristalicen envíos por unos USD 700 millones que fortalecerían la posición de reservas, y que típicamente se destraban durante la segunda mitad del año. En particular, apuntan al Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Una particularidad técnica del acuerdo con el FMI: la demora de ingresos de dólares de prestamistas de este tipo habilitaría a un recálculo de la meta de reservas hacia abajo.
Quedaría por cubrir, entonces, unos USD 400 millones más para la meta trimestral de USD 3.450 millones. Fuentes oficiales aseguran que la meta “es cumplible” más allá de las cuentas a grandes rasgos. Y restaría una última alternativa: habría, además, para contabilizar entre las reservas parte de Derechos Especiales de Giro (DEGs) netos que el FMI envió, que no fueron usados para pagar intereses y que funcionan como apoyo presupuestario y de reservas.
Este jueves terminará el segundo trimestre y el Poder Ejecutivo buscará mostrar que cumplió nuevamente las metas trimestrales acordadas con el Fondo Monetario, una semana después de que el directorio diera luz verde a la evaluación del primer trimestre
El ministro de Economía Martín Guzmán dio una pista más: buscará continuar en los próximos días con compras agresivas de dólares en el mercado. “Siempre ante medidas de este tipo hay una reacción inmediata del mercado, que va en un sentido y otra de las reservas, que va en otra, hasta que se va acomodando. La reacción fue la esperable. Esperamos que mañana y en las próximas semanas continue en la senda en la cual proyectamos”, mencionó en una conferencia de prensa en Casa de Gobierno.
“Se está logrando lo que el Gobierno cree que tiene que ser una política de Estado, que es apuntalar el mercado de deuda en pesos. Lo que ocurrió esta semana es un resultado positivo en esta dirección. Lo que vemos una dinámica de fortalecimiento de las condiciones de estabilidad. Ese es el camino que va a permitir lidiar con la situación de brecha cambiaria, con los desequilibrios cuando se tomó deuda de manera insostenible. Se han tomado medidas para fortalecer la senda del progreso”, continuó Guzmán.
Termina el trimestre: cuáles son las otras metas con el Fondo
El directorio del FMI aprobó el viernes pasado la primera evaluación de metas y dio luz verde a recalibrar las de los próximos tres trimestres. Según la recalibrada hoja de ruta, el Gobierno ganó un margen de $308.000 millones para el tope de déficit primario en medio de la aceleración del gasto público de los últimos dos meses.
El BCRA aceleró la compra de divisas en los últimos tres días. REUTERS
En ese sentido, el Gobierno solicitó -y el FMI aprobó- un reajuste nominal de metas como el déficit primario, el límite de asistencia monetaria desde el Banco Central al Tesoro, la deuda flotante, el mínimo de recaudación tributaria y de erogaciones en programas sociales, que responden además de a un cambio de “estacionalidad” del gasto -entre mayo y junio el Poder Ejecutivo gastó $210.000 millones en el refuerzo de ingresos para el sector más vulnerable del mercado laboral y para jubilados-, a una nueva nominalidad proyectada, tras el cambio en la estimación de inflación anual hasta 62 por ciento.
Pasado en limpio: hasta este jueves el Ministerio de Economía tendrá una meta de techo al déficit primario que será de $874.000 millones. Como referencia, en el acuerdo original firmado en marzo, ese tope era de $566.000 millones, un incremento levemente superior a los $300.000 millones. De acuerdo a datos de la Secretaría de Hacienda con números acumulados a mayo -a falta de un mes- el Gobierno tenía un rojo fiscal primario de $462.000 millones. De esta manera, el Estado tuvo un margen adicional de gasto superior a los $400.000 millones en junio.
Para este jueves el Banco Central entonces debería haber recolectado USD 3.450 millones. Según el FMI, hasta finales de mayo el acopio de divisas alcanzó los USD 1.900 millones. De esa forma, el último mes del trimestre implicaba, necesariamente, una sumatoria de otros USD 1.500 millones
Otro indicador exigible por parte del FMI que fue recalibrado fue el límite para la asistencia monetaria del BCRA al Tesoro, que de los tres objetivos centrales del acuerdo aparecía, a priori, como el menos complejo para cumplir aún con las cifras originales del programa. Con el nuevo recálculo, el tope de $438.500 millones pasó a ser de $475.800 millones. Según el último informe monetario diario, con fecha a este miércoles, la asistencia monetaria del BCRA al Tesoro sumaba poco más de $435.000 millones.
La meta de deuda flotante, que es la diferencia entre el gasto contabilizado en la base caja y lo efectivamente devengado, pasó de $535.900 millones hasta $612.200 millones. Como nota técnica, el FMI solicitó que en esa cuenta los denominados gastos figurativos (es decir, transferencias intra sector público) pasen a ser considerados, algo que no tenía lugar en el acuerdo original.
El piso de recaudación tributaria que estima el programa con el FMI fue reestimado hacia arriba: pasó de 4,7 billones de pesos hacia fines del trimestre que termina este jueves hasta 5,1 billones. También cambió el mínimo de gasto en programas sociales seleccionados (Asignación Universal por Hijo, Tarjeta Alimentar y Becas Progresar) que tendrán un piso garantizado de fondeo de $332.000 millones, cuando anteriormente era de $318.000 millones, un margen mayor de solo $14.000 millones.