En medio de las especulaciones que se instalaron en el Gobierno, una vez más, sobre la eyección de Martín Guzmán del Gabinete -ahora, por la crisis cambiaria que estalló a partir del cepo a las importaciones-, Alberto Fernández lo defendió, repasó sus logros y le quitó responsabilidad por la suba de la inflación. En la Casa Rosada dijeron que el titular del Ministerio de Economía “ganó aire” en las últimas horas, a partir del éxito en el roll-over de la deuda en pesos, de la recuperación de 900 millones de dólares para las reservas, y del -supuestamente- inminente acuerdo con el Club de París.
Por su parte, el ministro de Hacienda brindó una conferencia de prensa donde resaltó, dos veces, ante una consulta sobre su continuidad en medio de las presiones del kirchnerismo y el massismo, que trabaja “día a día” con Alberto Fernández para que la economía mejore, defendió las nuevas restricciones en el plan orientado a la reducción del déficit fiscal y la acumulación de reservas, y resaltó los indicadores positivos de la gestión.
“La inflación no la trajo Guzmán. La Argentina creció al 3,3 por ciento y cuando esto pasa el problema (de los precios) se potencia”, dijo el primer mandatario, anoche, en una entrevista con C5N. “Cuando reviso lo que hizo Guzmán, veo que resolvió la deuda con acreedores privados, que logró un acuerdo con el FMI que no nos significó ningún tipo de condicionamiento. Veo que pasamos el primer trimestre cumpliendo las metas, veo un ministro que quiere preservar y hacer cumplir el programa económico y trabaja permanentemente”, dijo. Y finalizó: “¿Qué le puedo recriminar a Guzmán? No sería justo”.
Miguel Pesce, presidente del Banco Central, también está en la mira del kirchnerismo (Bloomberg)
La gestión de Guzmán tiene detractores a lo largo y ancho del Frente de Todos. La suba de la inflación y la consecuente disminución del poder adquisitivo no sólo hacen ruido en el kirchnerismo y en el Frente Renovador, sino también en el ala moderada del Frente de Todos. Con la corrida que empezó a escalar el lunes y no se detiene, empezaron a crecer los rumores de un recambio en esa cartera, así como en el Banco Central, que conduce Miguel Pesce, con el objetivo entral de volver a generar expectativas en los inquietos mercados y evitar una debacle.
Consultado por Infobae acerca de esas versiones, ayer por la tarde, el ministro se limitó a responder que sigue junto al Presidente, y alegó que las versiones de cambios ministeriales forman parte exclusivamente de la agenda de los periodistas. “Ese tipo de preguntas forman parte de una agenda que no es nuestra, mía, sino de ustedes, desde su trabajo. Mi agenda es dedicarme, día a día, a gestionar la política económica para mejorar la calidad de vida de los argentinos y las argentinas. Y trabajo con el presidente día a día en poder lograr que nuestra gente viva mejor”, dijo.
En tanto, cerca del Presidente aseguraban que “soltarle la mano” al ministro, hoy, aparecería como un modo de “ceder” ante Cristina Kirchner, y que eso es “lo último que quiere hacer Alberto”. En el mismo sentido, le pedían al primer mandatario que evite cualquier avance de Massa sobre el Gabinete, sobre todo porque, según los “albertistas”, hoy es un fiel aliado de La Cámpora -algo que en el massismo niegan tajantemente al alegar que tiene “buena relación con todos”-. “Ahora necesitamos robustecer el sector no kirchnerista. Entregarles el Gabinete sería exactamente lo opuesto, no tendría coherencia con lo que estamos tratando de hacer”, sostuvo, ayer al mediodía, un altísimo funcionario que dialoga todos los días con el jefe de Estado y prepara el armado para las elecciones de 2023. “Es un gran jugador, pero hoy no nos suma. No sabe de economía, no conocemos su plan”, dijo, en su despacho.
El ministro de Economía afirmó que los rumores de su salida es "agenda de los periodistas" (Nicolás Stulberg)
El Presidente estaba sopesando, hasta ayer, pros y contras de un ingreso de Massa al Ejecutivo, pero fuentes oficiales aseguraron que en las últimas horas se inclinaba por darle un nuevo voto de confianza a Guzmán. Ayudaron a que se fortaleciera si figura dos noticias “alentadoras” que les dio el ministro entre el lunes y el martes, mientras crecía la inestabilidad financiera, el dólar se acercaba a los 240 pesos y el riesgo país superaba los 2500 puntos.
La primera fue la cobertura del último vencimiento de la deuda en pesos, o “roll-over”. La segunda, la proximidad, según el ministro prácticamente asegurada, de la reestructuración del acuerdo que firmó Axel Kicillof con el Club de París en 2014, cuando estaba en el mismo rol. De hecho, Guzmán viajará a Francia el 6 de julio para lograr un entendimiento, que consideró “crítico”, con el fin de reformar la declaración conjunta suscripta por el actual gobernador bonaerense y lograr un waiver.
Ayer, quizá en una señal de respaldo, el Presidente recibió a Guzmán en su despacho del primer piso de la Casa de Gobierno, donde se encontraba con el gobernador Omar Perotti para discutir los últimos pasos para el pago de la histórica deuda de la Nación con Santa Fe. Después del encuentro, estaba previsto que el jefe provincial diera una conferencia de prensa, solo, para anunciar el pago de la deuda. Pero a último momento se sumó el titular de Economía, lo cual fue interpretado, en la Casa de Gobierno, como un mensaje de fortaleza. De hecho, hacía meses que Guzmán no hablaba en la Sala de Conferencias de Prensa de la Casa Rosada.
Además de esquivar la pregunta alusiva a los rumores sobre su salida, el ministro defendió su gestión. Frente a una consulta sobre la efectividad del cepo a las importaciones y las posibilidades de paliar la crisis cambiaria, contestó, en primer lugar, que “la Argentina viene viviendo un proceso de recuperación muy fuerte, con crecimiento económico, y baja del desempleo”. Y agregó que el Gobierno busca “darle continuidad a este proceso” para “construir las anclas para dejar atrás la inflación y fortalecer la acumulación de reservas”.
Sergio Massa
En esa línea, volvió a respaldar la política fiscal y ratificó su postura, contraria a la de Cristina Kirchner, sobre la necesidad de reducir el déficit fiscal. “Continuamos apuntalando a las importaciones y alentando el desarrollo económico a través de la producción, a la vez que el Estado se fortalece, ordenando sus cuentas públicas. Hoy necesitamos reducir el déficit fiscal y se emitió un decreto que actualiza el presupuesto en el sector público para dar mayor consistencia a la política económica. Lo mismo ocurre con la política monetaria, con una reducción de las tasas de interés, para justamente apuntalar el objetivo de acumulación de reservas. Y este esquema se cumple con adaptaciones con la política de comercio exterior”, sostuvo.
“Para darle continuidad a este proceso, y construir las anclas para dejar atrás la inflación, y fortalecer la acumulacion de reservas, en el contexto de eventos externos, que fueron disruptivos en todo el mundo, lo que hicimos fue realizar un conjunto de acciones que apunten a este objetivo. Así, la Argentina va a poder continuar creciendo de una manera que no ocurre desde 2009 2011″, dijo ante el micrófono, con su habitual parsimonia para explicar.
Mientras tanto, también en el massismo empezaron a relativizar, cada vez más, las versiones sobre su irrupción en el Gabinete, en contraste con la postura exhibida al comienzo de la semana pasada, cuando las habían alimentado con claridad. En la Casa Rosada creen que Massa se había “envalentonado” con el discurso de Cristina Kirchner en Avellaneda, el lunes anterior, y que esperaba una promesa de parte de Alberto Fernández en la Cumbre de Jefes de Estado del G-7. Esa definición se demoró, o bien fue dada por tierra por el Presidente. De todas formas, nadie pone las manos en el fuego. “Todo puede pasar”, dijo un colaborador de Alberto Fernández, ayer, cuando caía el sol y se esperaba la entrevista grabada que le había hecho C5N. Sus palabras terminaron siendo, para alivio de unos y enojo de otros, en defensa del ministro.