Cuando Sergio Massa asumió la semana pasada al frente de la gestión económica del Gobierno enumeró una serie de lineamientos, entre ellos, la recomposición de los salarios ante una inflación desbocada. Mencionó la necesidad de explorar alternativas para que los salarios no pierdan contra la suba de los precios y dijo que citaría para hoy a las cúpulas de la Unión Industrial Argentina (UIA) y la CGT para avanzar en la discusión. Ninguna de las entidades había recibido hasta este mediodía una convocatoria oficial.
En lo que se anticipaba como el primer encuentro tripartito de su gestión, Massa está hoy volcado a asuntos energéticos con el gobernador de Neuquén, Omar Gutiérrez, y diputados y empresarios con inversiones en esa provincia. El encuentro con los empresarios y gremios no figura aún en su agenda, a pesar de haberlo adelantado él mismo. Tampoco hay precisiones de fecha y contenido del acuerdo de precios y salarios por 60 días que lanzó el Presidente, el martes pasado, desde un atril en un acto en Lomas de Zamora.
“No solo que no hubo una convocatoria, sino que alinear precios y salarios requiere de un proceso complejo. Está todo aún muy complejo por la corrida del dólar y el impacto de la falta de insumos en algunos sectores”, dijo hoy a LA NACION un jerárquico de la UIA. La única reunión oficial que tiene por ahora la entidad fabril con un miembro del equipo de Massa está pautada para el jueves próximo, con Mercedes Marcó del Pont, secretaria de Asuntos Estratégicos.
En la CGT tampoco fueron notificados. E independientemente con qué interlocutor se hable es cada vez más palpable el malestar sindical por la falta de precisión de los anuncios de Massa y por el retraso de un decreto presidencial prometido por Alberto Fernández para crear un Fondo Nacional para la Cobertura de Prestaciones Básicas a favor de las Personas con Discapacidad, que se constituiría con recursos provenientes del Tesoro de la Nación y que significaría un ahorro de unos $35.000 millones anuales para las obras sociales sindicales, según calculan especialistas.
Sergio Massa se saluda afectuosamente con Hugo Moyano el día de su asunción@ jeroomoyano_
La mayoría de los gremios quiere que los aumentos salariales se diriman en paritarias, como sucede habitualmente, y se resisten a la idea de Cristina Kirchner de otorgar una suma fija. Lo rechazan porque lo perciben como un paliativo homeopático, que sirve en lo inmediato pero que no impacta en la base salarial. Héctor Daer, uno de los tres jefes de la CGT, se lo hizo saber al ministro de Economía que un aumento por decreto alteraría las paritarias. Una mirada similar tiene Daniel Funes de Rioja, titular de la UIA.
En medio de este debate, un asesor económico de Massa sugirió otorgar un bono por decreto que oscile entre los 20.000 y 30.000 pesos y congelar las paritarias por un tiempo. La propuesta, a la que los gremios se la atribuyen a Emanuel Álvarez Agis, sigue en evaluación, según comentaron fuentes oficiales a LA NACION. No estaría de acuerdo tampoco con un aumento de esas características el ministro de Trabajo, Claudio Moroni, que defendió en reuniones privadas el ámbito paritario, además de sostener que un bono por decreto podría dinamizar aún más la inflación.
Después de escenificar un respaldo absoluto a Massa, la CGT comenzó a tomar distancia con advertencias. “Nadie se va a quedar dormido cuando falten 20 puntos del poder adquisitivo de los salarios”, dijo hoy a LA NACION un dirigente sindical de peso que negoció paritarias en torno al 60% anual y pulsea ahora por una revisión para estirar la suba hasta por lo menos el 80%, en línea con los nuevos acuerdos que se sellaron la semana pasada.
Con la disputa salarial y la defensa de la caja de sus obras sociales, los sindicalistas de las diferentes tribus ratificaron la movilización de protesta del miércoles próximo. Desde el Vaticano, tras un breve apretón de manos con el papa Francisco, Pablo Moyano apuntó solo contra los empresarios por la suba de los precios. Daer se diferenció y dijo que será “para llamar a la responsabilidad de todos los actores políticos”. En tanto que el barrionuevista Carlos Acuña, el otro integrante del triunvirato de mando, hace un incómodo equilibrio por su alineamiento con Massa. Comenzaron a circular versiones que su minúscula tropa podría no participar de la marcha que él mismo convocó.