En el mismo sentido que el dólar, la moneda brasilera (el real) alcanzó un importante crecimiento en su cotización en las últimas horas, llegando a valer hasta 60 pesos en las zonas de frontera, lo que produce un crecimiento en el flujo de visitantes del vecino país a localidades misioneras que persiguen el objetivo de aprovechar la diferencia cambiaria para abastecerse de diferentes productos.
Sin embargo, lo que podría entenderse como un momento oportuno para el crecimiento comercial también deriva en diversas preocupaciones, según indican empresarios locales, por la falta de referencia en los precios por parte de los proveedores y la incertidumbre de no saber qué hacer para evitar el posible desabastecimiento.
En ese sentido, remarcaron que son inciertas las condiciones con las que cuentan, sobre valores y stock, para reponer las mercaderías que, principalmente, son llevadas por los ciudadanos brasileños mientras recorren los comercios con la ventaja del tipo de cambio a su favor.
Adrián Iasinski, presidente de la Cámara de Comercio de San Javier, en diálogo con FM 89.3 Santa María de las Misiones, comentó sobre la cotización de la moneda brasileña que “me llegaron comentarios de distintos clientes que el real ya se ubica entre los $50 y $60 para el cambio”.
“Los comerciantes hacemos una diferencia de ventas pero no es algo estratosférico como se imaginan los demás, y como puede pasar más al norte de la provincia, teniendo en cuenta que la ciudad que tenemos del otro lado, Porto Xavier, no es tan grande y el paso se dificulta con el tema de la balsa”, aclaró y añadió: “Contamos con un flujo de brasileños que vienen diariamente. Uno cuenta con ese ingreso de personas que vienen a realizar sus compras y siempre son bien atendidos. Pero con la situación que estamos pasando en vez de alegrarnos nos preocupamos, porque vemos que nuestra plata vale cada vez menos, no tenemos entrega de mercaderías, no sabemos cómo nos golpeará la inflación. Es una total incertidumbre lo que estamos viviendo”.
Mientras que el presidente de la Cámara de Comercio de Bernardo de Irigoyen, Walter Feldman, expresó a la radio de PRIMERA EDICIÓN que “nos sorprende que (los brasileños) no nos hayan invadido todavía estos días por cómo se dio el tema del cambio”. Sobre la cotización del “real blue” en el norte de la provincia indicó que “se habla de un valor entre $58 y $60. Se quieren prevenir sabiendo que el dólar blue no deja de subir”.
“Tiene que volver a bajar, está muy alto. Es muy desfavorable para la parte económica, porque los comerciantes no saben qué hacer, si vender o no, si mañana van a poder volver a comprar productos. No sabemos qué pasa mañana si el dólar sigue subiendo sin freno, no se sabe cuánto se van a pagar por los productos el lunes o martes próximo”, consideró y agregó: “Algunas distribuidoras ya no están vendiendo productos o solamente lo hacen de contado. No sirve de nada quedarse con la plata y no poder comprar productos”.
Por otro lado, sostuvo que ante la situación actual “tenemos muchos brasileños que quieren invertir para tener negocios en Irigoyen. Hay muchas vinotecas que son de propietarios extranjeros, ese es uno de los rubros más elegidos, junto a maxikioscos y pequeños supermercados”.
Consultado sobre los productos más buscados por los visitantes del país vecino, Iasinski describió: “Los brasileños buscan mucho los artículos de limpieza, alimentos, aceite, harina. Llevan mucho jabones líquidos, detergentes. También buscan lo que es bebida alcohólica, como los vinos más finos y algo de whisky. Estos son los rubros más beneficiados porque es lo que más buscan los brasileños”.
En tanto que sobre las modificaciones que reciben los comerciantes en los precios de referencia para abastecer el local, contó que los proveedores “antes pasaban una lista de precios los martes o miércoles y uno esperaba aguantar toda esa semana con los precios viejos. Siempre los aumentos eran del 3% o 5%, y ahora últimamente los incrementos superan el 10%, lo que menos subió fue un 7%, y eso te obliga a cambiar los precios en el momento”.
Iasinski, propietario de un supermercado, remarcó que en el caso de su empresa “tuvimos una suba de precios por parte de los proveedores habituales, no fue algo desmedido, pero lo que más golpea es la falta de entregas. Por suerte todavía no tuvimos que reducir la venta al público minorista. Pero sí se achicaron un poco las entregas a los mayoristas”.
“No sabemos qué va a pasar, estamos con la preocupación de decir ‘vendemos todo y no reponemos’, o no saber cuándo podremos volver a reponer las mercaderías”, planteó.
Al ser consultado sobre los productos de mayor desabastecimiento en la zona, advirtió que “ahora empezó a aparecer un poco de papel higiénico, pero sigue habiendo mucha escasez. También hay faltante de aceites y harina fraccionada. Ahí es donde más se sienten las demoras en la entrega, o entregan la mitad de un pedido”.
En la misma línea dijo que “la última semana hubo un tema serio con el azúcar que por suerte ahora se empezó a estabilizar un poco”.
“El azúcar hace una semana, en un día cambió de precio tres veces. Hace dos meses el kilo de azúcar estaba cotizando al por mayor en $100, y en estos momentos se fue a $170 por kilo. Tuvimos casi un 100% de aumento”.
El presidente de la Cámara de Comercio de Bernardo de Irigoyen, Walter Feldman, recordó que la localidad atraviesa una grave problemática por el mal funcionamiento de la Aduana, debido a que “es un paso fronterizo antiguo, viejo, que no está adaptado para el flujo de turistas que hay actualmente. El brasilero viene, se traba en la fila de la aduana, termina dando vuelta y se va”.
“Los comerciantes pedimos que se haga bien una aduana. La Aduana de Iguazú fue reformada, también la de Posadas que tiene una mayor cantidad de carriles de ingreso, mientras que en Irigoyen seguimos con un solo carril de ingreso en una aduana de 50 años y eso nos trae mala fama a la parte comercial de Irigoyen. Nos perjudica mucho el ingreso”, manifestó.
A lo que amplió que “se ha pedido personal de Migraciones y han mandado más personal, pero no tenemos la estructura adecuada porque solamente pueden atender un vehículo a la vez. Ahora hay gente pero no estructura”.
“A fin de año empieza todo el movimiento del turismo, los argentinos que salen por Irigoyen hacen sus compras y consumo, y ya nos imaginamos de nuevo las largas filas con la gente que está sufriendo para poder cruzar”, completó.