Ya no se trata de una crítica puntual por “el festival de importaciones”, un proyecto que no avanza en el Congreso o el manejo de los planes sociales. Entre el silencio prudente, el deseo de no quedar en medio de la interna y el enojo apenas contenido, los ministros y funcionarios apuntados ayer por la vicepresidenta Cristina Kirchner creen que detrás de sus renovadas críticas hay solo “una pelea por el poder”.
“No es que se la agarre con uno o con otro, no dejó casi a nadie en pie, empezando por Alberto (Fernández). Cometió errores y omisiones garrafales. Eso es político”, comentaron cerca de uno de los integrantes del extenso listado de criticados sin nombre propio, que van desde “clásicos”, como el ministro de Trabajo, Claudio Moroni, o el Movimiento Evita, hasta algunas inclusiones novedosas, como la de la titular de la AFIP, Mercedes Marcó del Pont y el presidente del Banco Central, Miguel Pesce. Tampoco se salvaron del señalamiento el titular de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, a quien le recriminó el freno de los proyectos que surgen desde el Senado, y el flamante ministro de Producción, Daniel Scioli, a quien le marcó inicialmente la cancha para advertirle que debe limitar las exportaciones.
CRISTINA KIRCHNER REAPARECIÓ CON CRÍTICAS A LA GESTIÓN Y HABLÓ DE “UN FESTIVAL DE IMPORTACIONES”
Desde los movimientos sociales como el Evita, que tienen en el Gobierno referentes como los secretarios Emilio Pérsico o Fernando “Chino” Navarro, hay desolación. “Los referentes dicen que no se merecen las críticas, estuvieron en los barrios poniendo el cuerpo durante la pandemia”, aseguraron desde ese sector. Hay enojo por las críticas de Cristina a la denominada economía popular, caballito de batalla de esa y otras organizaciones como Somos Barrios de Pie o la Utep, en la que milita Juan Grabois.
Cristina Kirchner, ayer, en el acto de la CTA, en AvellanedaTomás Cuesta - LA NACION
El Movimiento Evita se reúne desde las 10 y sacará un comunicado en el que defenderá su rol. Apuntará “a resolver la pobreza, de la que Cristina no habló”, según dijeron fuentes de la agrupación. Antes del debate interno, referentes sociales como Dina Sánchez o Daniel Menéndez ya plantearon sus disidencias en público, con la sospecha de que “el objetivo” de Cristina es sostener a La Cámpora y cuestionar a su “competencia” en ese marco. “¿No se entiende el trabajo de la economía popular? ¿Tercerización? Ojalá conocieran el enorme laburo, que se sostiene en los rincones más olvidados, incluso por el Estado y en donde sólo te salva la organización comunitaria. La economía popular es trabajo”, escribió Sánchez (Utep) en su cuenta de twitter.
Tal vez acostumbrados a las críticas e indirectas del cristinismo, cerca de Moroni prefirieron no emitir opinión. De todos modos, funcionarios con conocimiento del Ministerio de Trabajo “compartieron” los elogios de Cristina hacia el exministro de Trabajo Carlos Tomada, “cuyas segundas líneas están todas trabajando actualmente con Moroni”, apuntaron, con ironía, desde un despacho oficial albertista.
Mientras desde la AFIP evitaron hacer mayores comentarios, desde la Cámara de Diputados esquivaron las críticas de la vice por el estancamiento del proyecto de ley para destinar al pago de la deuda un fondo creado con el blanqueo de capitales en el exterior (que ya salió de la Cámara alta) sean un dardo hacia Massa. Agregaron, en referencia del “festival de importaciones” que criticó la vice, que Massa y la propia vicepresidenta “repasaron juntos” la semana pasada el informe sobre importaciones redactado por el nuevo titular de Aduanas, Guillermo Michel, que se centra en “hacer foco en la subfacturación de exportaciones y la sobre facturación de importaciones que usan algunas empresas para girar dólares al Exterior”.
Alberto Fernández y Miguel Ángel Pesce, presidente del Banco Central de la República Argentina; ambos fueron blanco de las críticas de Cristina KirchnerRodrigo Nespolo
Mientras desde el entorno de Scioli, que ayer tuvo su primer acto público en el CCK como ministro de Producción, prefirieron el silencio y dedicarse a la gestión, ya que el funcionario mantendrá hoy reuniones con diferentes cámaras empresarias.
Otras fuentes oficiales interpretaron que Pesce no sería “el blanco” de Cristina por “no ir” contra “los que han estafado a la Argentina”, sino Adrián Cosentino, titular de la Comisión Nacional de Valores, y la propia Marcó del Pont, quienes según la expresidenta “no articulan” la información que poseen en relación al secreto bancario, bursátil y fiscal para ir, otra vez, contra las grandes empresas.
Sin levantar la voz, varios de los apuntados dentro y fuera de la Casa Rosada hablan del acto de ayer organizado por la CTA de Hugo Yasky como “el comienzo de la campaña” del cristinismo para 2023, o “el inicio de la ruptura” final con el Gobierno. “De otra manera, sería inexplicable”, coincidieron las fuentes.